La milla es una unidad de longitud del sistema anglosajón de unidades, equivalente a 1609,344 metros.
La milla no forma parte del sistema métrico decimal. Fue heredada de la Antigua Roma y equivalía a la distancia recorrida con mil pasos, siendo un paso la longitud avanzada por un pie y luego con el otro al caminar —el doble de lo que ahora se consideraría un paso— (en latín: milia passuum). La milla romana medía unos 1481 metros, y por tanto, un paso simple era de unos 74 cm. No debe confundirse con la milla náutica, utilizada en navegación marítima y aérea, que equivale a 1852 metros.
Como herencia romana (antes de establecerse el sistema métrico), la milla fue una de las principales medidas de longitud en el mundo occidental (si bien su longitud difería de un país a otro). Con la introducción del sistema métrico, los países latinos y otros muchos comenzaron a usar el metro y sus múltiplos para medir las distancias terrestres, y actualmente se utiliza en todo el mundo, excepto en los países anglosajones y los de su ámbito de influencia, donde todavía utilizan la milla (aunque oficialmente ya está implantado el Sistema Internacional de Unidades).
Aunque se utilizan varias abreviaturas para su símbolo (mi, ml, m, M), en los Estados Unidos el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología recomienda el uso de mi, aunque en el uso común para otras unidades que la usan, al menos en México, Estados Unidos y Reino Unido, se abrevia como m en lugar de mi; como por ejemplo en millas por hora (mph en lugar de mi/h).