Las subidas de tensión se producen cuando se interrumpe el flujo de electricidad y luego se inicia de nuevo, o cuando algo envía electricidad de regreso al sistema.
Las sobrecargas pueden variar desde cinco o diez voltios cuando enciende su secador de pelo hasta miles de voltios si un rayo golpea un transformador.
Sobretensiones internas
Más de la mitad de las sobretensiones domésticas son interno. Esto ocurre decenas de veces al día, generalmente cuando los dispositivos con motores se encienden o apagan, desviando la electricidad hacia y desde otros electrodomésticos.
Los refrigeradores y acondicionadores de aire son los principales culpables, pero los dispositivos más pequeños como secadores de pelo y herramientas eléctricas también pueden hacerlo.
Subidas de tensión externas
Una subida de tensión externa, proveniente del exterior de su casa, es causada más comúnmente por una rama de un árbol que toca una línea eléctrica, un rayo golpea equipos de servicios públicos o un animal pequeño que entra en un transformador.
Las sobrecargas también pueden ocurrir cuando se restablece la energía después de un apagón, e incluso pueden ingresar a su hogar a través de líneas telefónicas y de televisión por cable.
¿Por qué preocuparse por las sobrecargas de energía?
Su hogar es Lleno de elementos susceptibles a sobrecargas de energía. Todo lo que contenga un microprocesador es especialmente vulnerable: los diminutos componentes digitales son tan sensibles que incluso una fluctuación de 10 voltios puede interrumpir el funcionamiento adecuado.
Los microprocesadores se encuentran en cientos de artículos de consumo, incluidos televisores, teléfonos inalámbricos, computadoras, microondas y incluso grandes electrodomésticos aparentemente de «baja tecnología» como lavavajillas, lavadoras y refrigeradores.
Las grandes sobrecargas de energía, como las de un rayo, pueden causar daños instantáneos, «freír» los circuitos y derretir piezas de plástico y metal. Afortunadamente, estos tipos de sobrecargas de energía son raras.
Las sobrecargas de energía de bajo nivel no derretirán piezas ni fundirán fusibles, pero pueden causar «óxido electrónico», degradando gradualmente los circuitos internos hasta que finalmente fallan.
Pequeñas sobretensiones no dejará ninguna evidencia externa, por lo que es posible que ni siquiera se dé cuenta de que están sucediendo, aunque pueden ocurrir docenas o incluso cientos de veces al día.