La recuperación completa de los desgarros tanto completos como parciales suele tardar 12 semanas o más. Sin embargo, las actividades pueden reanudarse gradualmente después de 6-8 semanas, cuando la fascia plantar se recuperará en su mayor parte. La cirugía suele ser el último recurso. En casa, podría ser aconsejable seguir el método RICE para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
ImmobilizationEdit
Durante las primeras 2-4 semanas después del diagnóstico, a los pacientes se les suele indicar que utilicen una bota para caminar para inmovilizar y proteger el pie.
FisioterapiaEditar
Durante el período de inmovilización, es importante mantener el pie flexible estirando ligeramente el pie y la pantorrilla con regularidad.
A medida que se recupera la fascia plantar, los ejercicios de fisioterapia ayudan a estabilizar el tobillo y corregir los patrones de marcha que pueden haber contribuido al desgarro. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento disminuyen la posibilidad de una nueva lesión.
Otros tratamientosEditar
Las inyecciones de plasma rico en plaquetas pueden usarse para ayudar a acelerar la recuperación y disminuir la posibilidad de una nueva lesión.
Las inyecciones de cortisona pueden aliviar el dolor.