La terapia de exposición es un tratamiento psicológico que se desarrolló para ayudar a las personas a enfrentar sus miedos. Cuando las personas tienen miedo de algo, tienden a evitar los objetos, actividades o situaciones temidos. Si bien esta evitación podría ayudar a reducir los sentimientos de miedo a corto plazo, a largo plazo puede hacer que el miedo empeore. En tales situaciones, un psicólogo podría recomendar un programa de terapia de exposición para ayudar a romper el patrón de evitación y miedo. En esta forma de terapia, los psicólogos crean un entorno seguro en el que «exponer» a las personas a las cosas que temen y evitan. La exposición a los objetos, actividades o situaciones temidas en un entorno seguro ayuda a reducir el miedo y la evitación.
Se ha demostrado científicamente que la terapia de exposición es un tratamiento útil o un componente de tratamiento para una variedad de problemas, que incluyen:
- Fobias
- Trastorno de pánico
- Trastorno de ansiedad social
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Trastorno de estrés postraumático
- Trastorno de ansiedad generalizada
Hay Varias variaciones de la terapia de exposición. Su psicólogo puede ayudarlo a determinar cuál es la mejor estrategia para usted. Estas incluyen:
- Exposición in vivo: enfrentarse directamente a un objeto, situación o actividad temida en la vida real. Por ejemplo, se podría instruir a alguien con miedo a las serpientes para que maneje una serpiente, o se podría instruir a alguien con ansiedad social para que dé un discurso frente a una audiencia.
- Exposición imaginaria: Imaginar vívidamente el objeto, situación o actividad temida. Por ejemplo, a alguien con trastorno de estrés postraumático se le puede pedir que recuerde y describa su experiencia traumática para reducir los sentimientos de miedo.
- Exposición a la realidad virtual: en algunos casos, la tecnología de realidad virtual se puede utilizar cuando la exposición in vivo no es práctica. Por ejemplo, alguien con miedo a volar podría tomar un vuelo virtual en la oficina del psicólogo, utilizando equipo que proporciona las imágenes, los sonidos y los olores de un avión.
- Exposición interoceptiva: provocar sensaciones físicas deliberadamente que son inofensivas, pero temidas. Por ejemplo, a una persona con trastorno de pánico se le puede indicar que corra en su lugar para hacer que su corazón se acelere y, por lo tanto, aprender que esta sensación no es peligrosa.
La terapia de exposición también puede realizarse de diferentes maneras. Entre ellas se incluyen:
- Exposición gradual: el psicólogo ayuda al cliente a construir una jerarquía de exposición al miedo, en la que se clasifican los objetos, actividades o situaciones temidas de acuerdo con la dificultad. Comienzan con exposiciones de dificultad leve o moderada, luego progresan a exposiciones más difíciles.
- Inundación: uso de la jerarquía del miedo a la exposición para comenzar la exposición con las tareas más difíciles.
- Sistemático desensibilización: en algunos casos, la exposición puede ser co combinados con ejercicios de relajación para hacerlos sentir más manejables y para asociar los objetos, actividades o situaciones temidos con la relajación.
Se cree que la terapia de exposición ayuda de varias maneras, que incluyen:
- Habituación: con el tiempo, las personas descubren que sus reacciones a objetos o situaciones temidos disminuyen.
- Extinción: la exposición puede ayudar a debilitar las asociaciones previamente aprendidas entre objetos, actividades o situaciones temidos y malos resultados.
- Autoeficacia: la exposición puede ayudar a demostrarle al cliente que es capaz de enfrentar sus miedos y puede manejar los sentimientos de ansiedad.
- Procesamiento emocional: durante la exposición, el cliente puede aprender a adherir creencias nuevas y más realistas sobre objetos, actividades o situaciones temidos, y puede sentirse más cómodo con la experiencia del miedo.