Hay muchos microorganismos diferentes en y sobre el cuerpo humano, principalmente en forma de amistosos bacterias. Los investigadores creen que algunas de estas bacterias pueden desempeñar un papel en la pérdida y el aumento de peso.
En el intestino, las bacterias beneficiosas ayudan a descomponer y digerir los alimentos. También ayudan a crear nutrientes y vitaminas para que el cuerpo los utilice. Las bacterias probióticas se alimentan de fibras y las convierten en compuestos útiles.
Un sistema digestivo poco saludable puede provocar disbiosis, que se refiere a un desequilibrio en los microbios intestinales.
Cuando hay demasiados dañinos los microorganismos crecen, es posible que no haya suficientes bacterias útiles disponibles para mantener a raya a estos organismos dañinos. Por lo general, también significa que la diversidad de bacterias en el intestino es menor.
La investigación de 2013 sugiere que la disbiosis intestinal contribuye al desarrollo de la obesidad, aunque puede que no sea la causa subyacente.
Como señala el autor de un estudio de 2015, las personas con un peso saludable y las personas con obesidad muestran marcadas diferencias en su flora intestinal.
Su investigación encontró que cambiar la flora intestinal en los animales les hacía perder o ganar peso en consecuencia. Sin embargo, en los humanos, cambiar la flora intestinal no resultó en pérdida o aumento de peso.
Sin embargo, esta evidencia sugiere que hay un cambio en la flora intestinal de una persona cuando aumenta de peso. Si bien los cambios están asociados con la obesidad, no parecen ser la causa subyacente.
El investigador identificó los siguientes factores que pueden cambiar la flora intestinal de una persona de un patrón delgado a obeso:
- una dieta alta en grasas
- una dieta alta en calorías
- el uso de edulcorantes artificiales
- un ritmo diurno interrumpido
Existe una pequeña evidencia que sugiere que algunos probióticos pueden ayudar a las personas a perder peso.
La investigación en The British Journal of Nutrition estudió los efectos que un tipo de probiótico, Lactobacillus rhamnosus, tenía sobre personas con obesidad.
Las mujeres que tomaron el suplemento probiótico perdieron más peso durante el estudio que las mujeres que tomaron un placebo. Además, el grupo que tomaba un suplemento probiótico continuó perdiendo más peso en la etapa de mantenimiento de peso, después de terminar la dieta. Sin embargo, no se produjeron los mismos efectos en los hombres.
Otro estudio de 2013 analizó los efectos de Lactobacillus fermentum y Lactobacillus amylovorus.
Durante el estudio, las personas que tenían sobrepeso pero por lo demás estaban sanas comió yogur que contenía estas cepas de Lactobacillus durante 6 semanas. Al final de este período, los participantes habían perdido un promedio de 3 a 4% de grasa corporal.
Los investigadores también han examinado los efectos de Lactobacillus gasseri para la pérdida de grasa. En este estudio, las personas con grasa abdominal extra que bebieron productos lácteos fermentados que contenían las bacterias útiles perdieron entre un 8,2% y un 8,5% de la grasa abdominal durante 12 semanas.
Sin embargo, cuando dejaron de beber la leche, todo esto regresó la grasa del vientre. Esto sugiere que los probióticos pueden ayudar a las personas a perder peso en algunos casos, pero los investigadores aún necesitan realizar más estudios para respaldar esta afirmación.
La baja diversidad bacteriana también puede influir en la obesidad. Por ejemplo, el autor de una revisión de 2015 encontró que existe un vínculo entre la baja diversidad de la flora intestinal y la inflamación en el cuerpo.
La baja diversidad microbiana también puede ser un factor de riesgo para problemas asociados con la obesidad, como síndrome metabólico y diabetes tipo 2.
Con estos hechos en mente, tomar probióticos podría beneficiar no solo los esfuerzos de pérdida de peso de una persona, sino también su salud en general.