Reporte de un caso
Una mujer de 31 años, Gravida 3 Para 1, fue remitida desde un hospital de distrito el 17 de junio de 2008 a las 8:00 am. Su principal queja a su llegada fue un fuerte dolor abdominal. Tenía ciclos menstruales irregulares antes de su embarazo y no estaba segura de su última fecha de menstruación. La paciente sufría de dolor abdominal severo y sangrado vaginal que la mantuvieron sin trabajo durante el primer trimestre, pero el segundo trimestre no tuvo incidentes. Sin embargo, volvió a quedarse sin trabajo durante el tercer trimestre por dolor abdominal. Su tarjeta prenatal indicó nueve visitas y una edad gestacional de 38 semanas en el momento de la derivación.
En el examen, en general se veía estable. Ella no estaba pálida; los signos vitales estaban dentro de los parámetros normales. Los sistemas cardiovascular y respiratorio no revelaron anomalías. El examen abdominal reveló una altura sinfisio-fúndica de 33 cm, posición transversal, frecuencia cardíaca fetal de 136 latidos por minuto y sin contracciones uterinas.
El examen vaginal reveló un cuello uterino de localización posterior de 2 cm de largo sin dilatación. No hubo sangrado vaginal. Ella tuvo cinco exámenes de ultrasonido y los dos últimos dentro de los siete días posteriores a la presentación indicaron gestación intrauterina con mentira transversal. El resto de sus investigaciones fueron normales. El nivel de hemoglobina fue de 10,9 g / dl y el grupo sanguíneo fue positivo para O Rhesus. Fue programada para cesárea de emergencia debido a una mentira transversal a término.
En la laparotomía se obtuvieron los siguientes hallazgos: Embarazo abdominal con una bebé viva que pesaba 2,3 kg y licor teñido de meconio. La placenta estaba muy adherida a los segmentos del intestino grueso, el epiplón y la región cornual izquierda del útero (Figura 1).
Útero de tamaño normal y placenta implantados en un segmento de intestino
El útero, el tubo derecho y ambos ovarios eran normales, pero el izquierdo El tubo no fue identificado. Otros órganos abdominales eran normales.
Hubo un sangrado significativo de algunas partes desprendidas de la placenta, lo que provocó la extracción del tejido placentario desprendido para facilitar la hemostasia. El resto de la placenta se dejó in situ. Se aseguró la hemostasia. El sangrado transoperatorio total estimado fue de un litro.
Se transfundió una unidad de sangre compatible durante la operación. La paciente evolucionó bien y fue dada de alta al quinto día postoperatorio. Se le hizo un seguimiento semanal durante cuatro semanas. La ecografía abdominal a las seis semanas mostró útero y ovarios de tamaño normal y no se identificó la porción de placenta que quedó in situ. La gonadotropina coriónica humana beta (BhCG) fue negativa en el mismo período. Todas las investigaciones realizadas por el neonatólogo y el pediatra general no mostraron ninguna anomalía en el bebé. Finalmente, el paciente fue dado de alta a su domicilio.