Publicado: febrero de 2020
Muchas mujeres experimentan presión arterial baja, definida por debajo de 90/60, mientras están esperando un bebé. Por lo general, esto no es un problema, normalmente no requiere medicación y comenzará a regresar a su nivel anterior durante el tercer trimestre. Su médico controlará su presión arterial durante todo el embarazo.
La presión arterial baja durante el embarazo ocurre porque su cuerpo secreta hormonas, y en particular progesterona, que ayudan a relajar las paredes de los vasos sanguíneos y aumentan el flujo de sangre a usted y a su bebé.
Ocasionalmente, la presión arterial baja puede ser indicativa de algún otro problema. Puede ser el resultado de un embarazo ectópico, en el que un óvulo fertilizado se implanta fuera de su útero. Y si es muy bajo, puede causar caídas o shock, en los que su cerebro y otros órganos vitales no reciben suficiente sangre para funcionar correctamente.
La presión arterial baja tiene una variedad de síntomas. Si experimenta alguno de estos, debe comunicárselo a su médico.
- Mareos
- Náuseas
- Debilidad
- Fatiga y somnolencia
- Desmayos
- Latidos cardíacos rápidos
- Confusión e incapacidad para concentrarse
- Visión borrosa
- Pálida, húmeda piel
¿Puede la presión arterial baja dañar a su bebé?
Sabemos mucho menos sobre los efectos de la presión arterial baja en los bebés que sobre los efectos de la presión alta. Algunas investigaciones sugieren que puede provocar muerte fetal y bajo peso al nacer, pero esta correlación es difícil de establecer porque hay muchas otras variables y factores de riesgo involucrados durante el embarazo. En la gran mayoría de los casos, la presión arterial baja en este momento no es motivo de preocupación.
¿Hay algo que pueda hacer para tratar la presión arterial baja durante el embarazo?
Aunque normalmente no se necesitan medicamentos cuando esto sucede, hay algunos cambios simples que puede hacer que pueden reducir la probabilidad de que ocurra.
Tómelo con calma. Trate de reducir la velocidad, evite hacer movimientos bruscos y no se ponga de pie demasiado rápido. Si se siente débil o mareado, acuéstese sobre su lado izquierdo, lo que puede ayudar a aumentar el flujo de sangre a su corazón.
Beba mucha agua. Además de prevenir la deshidratación, esto aumenta el volumen sanguíneo y, por lo tanto, la presión arterial.
Siga una dieta saludable. Su médico también puede recomendarle que aumente su consumo de sal, aunque es importante no exagerar.