Erinyes (Español)

Orestes en Delfos, flanqueada por Atenea y Pylades, entre las Erinias y sacerdotisas del oráculo. Cráter campana de figura roja paestan, c. 330 a. C.

Los fragmentos de mitos relacionados con las Erinias se encuentran entre los primeros registros existentes de la cultura griega antigua. Las Erinias aparecen de manera destacada en el mito de Orestes, que se repite con frecuencia en muchas obras de la literatura griega antigua.

AeschylusEdit

Destacados en la literatura griega antigua, desde poemas hasta obras de teatro, las Erinias forman el Coro y juegan un papel importante en la conclusión de la trilogía dramática de Esquilo, la Oresteia. Primera jugada, Agamenón, el rey Agamenón regresa a casa de la Guerra de Troya, donde es asesinado por su esposa, Clitemnestra, que quiere vengarse de su hija Ifigenia, que fue sacrificada por Agamenón para obtener vientos favorables para navegar a Troya. Segunda obra, Los portadores de libación, su hijo Orestes ha alcanzado la edad adulta y el oráculo de Apolo le ha ordenado vengar el asesinato de su padre a manos de su madre. Al regresar a casa y revelarse a su hermana Electra, Orestes finge ser un mensajero que trae la noticia de su propia muerte a Clitemnestra. Luego mata a su madre y a su amante Egisto. Aunque las acciones de Orestes eran lo que Apolo le había ordenado, Orestes aún ha cometido matricidio, un grave sacrilegio. Por ello, es perseguido y atormentado por las terribles Erinias, que exigen aún más venganza de sangre.

Two Furies, de un libro del siglo XIX que reproduce una imagen de un jarrón antiguo.

En Las Euménides, Apolo le dice a Orestes en Delfos que debe ir a Atenas a buscar la ayuda de la diosa Atenea. En Atenas, Atenea arregla que Orestes sea juzgado por un jurado de ciudadanos atenienses, con ella Las Erinias aparecen como acusadores de Orestes, mientras que Apolo habla en su defensa. El juicio se convierte en un debate sobre la necesidad de la venganza de sangre, el honor que se debe a una madre en comparación con el que se debe a un padre, y el respeto que se debe tener a las deidades antiguas como las Erinias en comparación con la nueva generación de Apolo y Atenea. El voto del jurado está dividido en partes iguales. Athena participa en la votación y opta por la absolución. Atenea declara absuelto a Orestes debido a las reglas que estableció para el juicio. A pesar del veredicto, las Erinias amenazan con atormentar a todos los habitantes de Atenas y envenenar el campo circundante. Atenea, sin embargo, ofrece a las diosas antiguas un nuevo papel, como protectoras de la justicia, en lugar de la venganza, y de la ciudad. Ella los persuade de romper el ciclo de sangre por sangre (excepto en el caso de la guerra, que se lucha por la gloria, no por la venganza). Mientras promete que las diosas recibirán el debido honor de los atenienses y de Atenea, también les recuerda que posee la llave del almacén donde Zeus guarda los rayos que derrotaron a las otras deidades más antiguas. Esta mezcla de sobornos y amenazas veladas satisface a las Erinias, que luego son conducidas por Atenea en una procesión hacia su nueva morada. En la obra, a las «Furias» se les llama «Semnai» (Venerables), ya que ahora serán honradas por los ciudadanos de Atenas y garantizarán la prosperidad de la ciudad.

EuripidesEdit

En Eurípides «Orestes, las Erinias son por primera vez» equiparadas «con las Euménides (Εὐμενίδες, pl. de Εὐμενίς; literalmente» los bondadosos «, pero también traducido como» Amables «). Esto se debe a que no se consideró prudente mencionarlos por su nombre (por temor a atraer su atención), el nombre irónico es similar a cómo Hades, dios de los muertos, es llamado Plutón, o Plutón, «el rico». El uso de eufemismos para los nombres de las deidades sirve para muchos propósitos religiosos.

SófoclesEditar

En la obra de Sófocles, Edipo en Colón, es significativo que Edipo llega a su lugar de descanso final en el arboleda dedicada a las Erinias. Muestra que ha pagado su penitencia por su crimen de sangre, así como ha llegado a integrar los poderes de equilibrio a su temprana dependencia excesiva de Apolo, el dios del individuo, el sol y la razón. se le pide que haga una ofrenda a las Erinyes y cumple, habiendo hecho las paces.

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