La enterocolitis necrotizante (ECN) es principalmente un proceso patológico del tracto gastrointestinal (GI) de recién nacidos prematuros que provoca inflamación e invasión bacteriana de la pared intestinal. A pesar de los avances en la atención de los bebés prematuros, la ECN sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en esta población. Ocurre en el 1-5% de todas las admisiones de cuidados intensivos neonatales y en el 5-10% de todos los bebés de muy bajo peso al nacer (< 1500 g). Aunque la investigación ha presentado una variedad interesante de posibles factores contribuyentes, la etiología precisa de este proceso de enfermedad multifactorial sigue siendo difícil de alcanzar. Históricamente, se creía que la ECN surgía predominantemente de una lesión isquémica del tracto gastrointestinal inmaduro, sin embargo, hipótesis plausibles alternativas indican que es probable que estén involucrados muchos factores. Estos pueden incluir problemas relacionados con la introducción y el avance de la alimentación entérica, alteraciones en la colonización bacteriana normal del tracto GI, translocación bacteriana y activación de la cascada de citocinas, disminución del factor de crecimiento epidérmico, aumento del factor activador de plaquetas y daño de la mucosa por radicales libres. producción. Las manifestaciones clínicas de la ECN pueden ser vagas, incluido un aumento de episodios de apnea, desaturaciones, bradicardia, letargo e inestabilidad de la temperatura. También puede haber síntomas GI específicos como intolerancia a la alimentación, emesis, heces con sangre, distensión y sensibilidad abdominales y decoloración de la pared abdominal. Los valores de laboratorio pueden ser indicativos de infección, anomalías de la coagulación y retención de líquidos. Los signos radiográficos pueden incluir íleo, asas intestinales dilatadas o fijas, aire en la pared intestinal o aire libre en el abdomen. El tratamiento médico consiste típicamente en reposo intestinal y descompresión, terapia antibacteriana y manejo de otros desequilibrios hematológicos o electrolíticos. A veces se necesita un mayor apoyo respiratorio y cardiovascular. En los recién nacidos que no responden adecuadamente al tratamiento médico, o si hay neumoperitoneo, se puede realizar una intervención quirúrgica con el uso de un drenaje peritoneal o laparotomía. Los avances en la atención prenatal y neonatal han dado lugar a una mayor supervivencia de los recién nacidos extremadamente prematuros. A medida que esta población en riesgo sigue aumentando, se necesita una estrategia preventiva eficaz para la ECN. Una estrategia preventiva es el uso de corticosteroides prenatales para mejorar la maduración del feto si es probable un parto prematuro. La recomendación del uso de leche materna, el inicio temprano de la alimentación trófica y el avance judío de la alimentación entérica son estrategias posnatales actuales. Otras estrategias preventivas que se han investigado incluyen el uso de antibacterianos orales, antioxidantes, suplementos de arginina y factor de crecimiento epidérmico, ninguno de los cuales ha cambiado la práctica clínica. Datos prometedores recientes indican que el uso profiláctico de probióticos puede desempeñar un papel en la prevención de la aparición de ECN. Sin embargo, se necesitan estudios definitivos a mayor escala.