Displasia de cadera


¿Cómo se trata la displasia de cadera?

Una vez que se identifica la DDC, se sugiere la derivación inmediata a un ortopedista pediátrico.

Desde el nacimiento hasta los 6 meses: las caderas inmaduras y estables (Barlow negativo) que se normalizan no necesitan tratamiento. Las caderas que son Barlow positivo al nacer también pueden estabilizarse en las primeras 3 semanas de vida; por lo tanto, el tratamiento puede retrasarse. En ambos casos, se requiere un seguimiento cercano y exámenes físicos de rutina, además de una ecografía posterior para documentar la estabilidad y el desarrollo normales de la cadera.

Con una cadera inestable, Ortolani positivo, se requiere un tratamiento temprano. Las caderas reducidas se colocan en flexión y abducción leve para estimular el desarrollo normal de la articulación, lo que se realiza más comúnmente a través del arnés Pavlik, un aparato ortopédico dinámico que coloca los muslos para permitir y mantener la reducción de la cadera. Los bebés son seguidos dos veces por semana para ajustar la correa. El progreso se monitorea y la reducción se verifica con evaluaciones posteriores de EE. UU. El tratamiento con Pavlik continúa hasta que los parámetros ecográficos se hayan normalizado y la cadera se haya estabilizado en el examen, en promedio 2-3 meses después. Luego se enfatiza el seguimiento a través de la madurez esquelética.

6 meses a 1-2 años: los niños que se presentan en este momento o no logran estabilizarse con el arnés Pavlik requieren anestesia general, seguida de reducción de cadera cerrada o abierta y yeso en espica.

Mayores de 2 años: los niños mayores pueden requerir reducciones quirúrgicas abiertas extensas con posibles osteotomías femorales y pélvicas (cortar y realinear los huesos), seguidas de un yeso en espica.

Resultados del tratamiento

El éxito del tratamiento depende de la edad del niño y del éxito del reposicionamiento. Muchos casos tratados en los primeros 6 meses de vida con un arnés Pavlik se recuperan y se desarrollan normalmente sin problemas a largo plazo. Cuanto mayor sea el niño o menos exitosa sea la reducción, mayor será la posible necesidad de cirugías repetidas o eventual artritis de cadera y reemplazos posteriores en el futuro.

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