La forma en que las personas se comunican entre sí varía enormemente de una cultura a otra. En nuestros tiempos plenamente globalizados, es más importante que nunca comprender estas diferencias y de dónde vienen. Una forma de llegar a tal comprensión es a través del marco de cultura de contexto alto y bajo, desarrollado por el antropólogo Edward T. Hall.
En 1976, Hall propuso que las culturas se pueden dividir en dos categorías: contexto alto y bajo contexto. El concepto ha sido un marco de referencia popular desde su introducción hace 40 años, y se utiliza como herramienta de capacitación hasta el día de hoy.
¿Cuáles son las diferencias?
La diferenciación entre culturas de contexto alto y bajo tiene como objetivo resaltar las diferencias en la comunicación verbal y no verbal. Las culturas de alto contexto utilizarán la comunicación que se centre en el contexto, el significado y el tono subyacentes del mensaje, y no solo en las palabras en sí mismas.
Los países que entran en esta categoría son Japón, China, Francia, España, Brasil y más.
Por otro lado, las culturas de bajo contexto esperan que las comunicaciones se expresen explícitamente para que no haya riesgo de confusión, y si un mensaje no es lo suficientemente claro, ralentizará el proceso de comunicación. En los casos más extremos, dejar cualquier tipo de margen de maniobra para la interpretación puede ser desastroso.
Algunas de las culturas que caen en la comunicación de bajo contexto son culturas occidentales como el Reino Unido, Australia y Estados Unidos.
Características culturales de contexto alto frente a contexto bajo
Las culturas normalmente no se pueden organizar estrictamente en contexto alto o bajo. La mayoría de las culturas se encuentran entre los extremos del espectro y pueden compartir características tanto de contexto alto como bajo en diversos grados.
Aunque puede ser una característica compleja, ya sea que una cultura sea de contexto alto o bajo, puede determinar muchos otros aspectos de una cultura particular. Por ejemplo, en una cultura de alto contexto, la similitud es una característica importante. Esto se debe a que la mayoría de la población en culturas de alto contexto suelen tener el mismo nivel de educación, así como una etnia, religión e historia compartidas.
A través de estas experiencias compartidas, los mensajes se pueden contextualizar asumiendo una audiencia pensará de la misma manera y seguirá el mensaje subyacente implícito en el discurso o la escritura de alguien.
En culturas de bajo contexto, ocurre lo contrario. Suelen ser diversos y se centran en el individuo, en lugar del grupo. Dado que existen tantas diferencias dentro de una cultura de bajo contexto, la comunicación debe ser lo suficientemente básica como para permitir que la mayor cantidad de personas la entiendan.
Formas de comunicación
Al igual que la comunicación En general es diferente para culturas de contexto alto y bajo, las formas de comunicación también cambian, incluyendo los tipos de medios que disfrutan. En la acelerada era digital actual, estas formas pueden cambiar, pero las preferencias subyacentes siguen siendo las mismas.
Generalmente, las culturas de alto contexto prefieren las comunicaciones orales, mientras que las culturas de bajo contexto favorecen las comunicaciones escritas.
Cuando se trata de correos electrónicos, mensajes de texto y mensajes en línea, las culturas de bajo contexto lo utilizan para enviar mensajes rápidos y frecuentes. Las culturas de bajo contexto también quieren que estas comunicaciones giren en torno a preguntas básicas, como:
- ¿Qué está pasando?
- ¿Dónde está pasando?
- Cuándo va que suceda?
- ¿Cómo va a suceder?
Por supuesto, las culturas de alto contexto tenderán a moverse en la otra dirección, con un enfoque en formas más largas de comunicación que no siempre se enfoca en preguntas básicas.
Comunicación en negocios internacionales
Claramente, es importante para una organización multinacional conocer la diferencia entre culturas de contexto alto y bajo para poder Comuníquese con eficacia y evite cometer errores vergonzosos u ofensivos. Una comprensión completa de estas diferencias mejorará eficazmente tanto la comunicación externa centrada en el cliente como las relaciones entre empresas.
¿Una empresa japonesa apreciará sus intentos de ir directo al grano? ¿Se aburrirá una empresa alemana si se habla de un tema, en lugar de abordarlo directamente? Conozca a su audiencia y su posición cultural, y su mensaje nunca se perderá.
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