El mejor método que hemos encontrado para cocinar bistecs es calentarlos lentamente en el horno y luego dorarlos en una sartén caliente. Esto produce carne medianamente rara de borde a borde, con una corteza bien dorada. ¿Podría funcionar este mismo método para las sobras?
La respuesta es sí. Cuando calentamos los filetes cocidos sobrantes en un horno bajo y luego los chamuscamos brevemente, los resultados fueron notablemente buenos. Los bistecs recalentados eran solo un poco menos jugosos que los recién cocidos, y sus costras eran en realidad más crujientes.
Este es el método: coloque los bistecs sobrantes en una rejilla de alambre colocada en una bandeja para hornear con borde y caliéntelos en el rejilla central de un horno a 250 grados hasta que los filetes registren 110 grados (aproximadamente 30 minutos para filetes de 1 1⁄2 pulgada de grosor, pero el tiempo variará según el grosor y el tamaño). Seque los filetes con una toalla de papel y caliente 1 cucharada de aceite vegetal en una sartén de 12 pulgadas a fuego alto hasta que humeen. Dorar los filetes por ambos lados hasta que estén crujientes, de 60 a 90 segundos por lado. Deje reposar los filetes durante cinco minutos antes de servir. Después de descansar, los centros deben estar a una temperatura mediana (125 a 130 grados) cuando se templan con un termómetro de lectura instantánea.