¿Qué es Cap and Trade?
Límite y comercio es un término común para un programa regulatorio gubernamental diseñado para limitar, o limitar, el nivel total de emisiones de ciertos químicos, particularmente dióxido de carbono, como resultado de la actividad industrial.
Los defensores del tope y el comercio argumentan que es una alternativa aceptable al impuesto al carbono. Ambas medidas son intentos de reducir el daño ambiental sin causar dificultades económicas indebidas a la industria.
Conclusiones clave
- Los programas de energía de cap-and-trade están destinados a reducir gradualmente la contaminación al brindar a las empresas un incentivo para invertir en alternativas limpias.
- El gobierno emite una cantidad determinada de permisos a las empresas que incluyen un límite en el carbono permitido emisiones de dióxido de carbono.
- Las empresas que superan el límite están sujetas a impuestos, mientras que las empresas que reducen sus emisiones pueden vender o intercambiar créditos no utilizados.
- El límite total (o límite) de los créditos por contaminación se reduce en tiempo, dando a las corporaciones un incentivo para encontrar alternativas más baratas.
- Los críticos dicen que los límites pueden ser demasiado altos y dar a las empresas una excusa para evitar invertir en alternativas más limpias durante demasiado tiempo.
Los fundamentos de Cap and Trade
Un programa de cap and trade puede funcionar de varias formas, pero aquí están los fundamentos. Un gobierno emite un número limitado de permisos anuales que permiten a las empresas emitir una cierta cantidad de dióxido de carbono. La cantidad total permitida se convierte así en el «límite» de las emisiones. Las empresas pagan impuestos si producen un nivel de emisiones superior al que permiten sus permisos. Las empresas que reducen sus emisiones pueden vender o «intercambiar» permisos no utilizados a otras empresas.
Pero el gobierno reduce el número de permisos cada año, lo que reduce el límite total de emisiones . Eso encarece los permisos. Con el tiempo, las empresas tienen un incentivo para invertir en tecnología limpia, ya que resulta más barato que comprar permisos.
Cap and Trade: Pros y contras
The cap El sistema de comercio y comercio se describe a veces como un sistema de mercado. Es decir, crea un valor de cambio por las emisiones. Sus defensores argumentan que un programa de límites máximos y comercio ofrece un incentivo para que las empresas inviertan en tecnologías más limpias a fin de evitar la compra de permisos cuyo costo aumentará cada año.
Opositores argumentan que podría conducir a una sobreproducción de contaminantes hasta los niveles máximos establecidos por el gobierno cada año. Ellos predicen que los niveles permitidos podrían establecerse con demasiada generosidad, lo que en realidad ralentizaría el movimiento hacia una energía más limpia.
Desafíos para el límite y el comercio
Un problema al establecer una política de tope y comercio es si un gobierno impondría el tope correcto a los productores de emisiones. Un límite demasiado alto puede generar emisiones aún más altas, mientras que un límite demasiado bajo se consideraría una carga para la industria y un costo que se trasladaría a los consumidores.
Los activistas ambientales argumentan que un programa de tope y comercio es, por definición, una forma segura de prolongar la vida activa de las instalaciones contaminantes al permitir que las empresas retrasen la acción durante años hasta que sea económicamente inviable.
Ejemplos de límites y comercio
En 2005, la Unión Europea (UE) creó el primer programa internacional de límites y comercio del mundo con el objetivo de reducir las emisiones de carbono. En 2019 , la UE estimó que habría una reducción del 21% en las emisiones de los sectores cubiertos por el sistema para 2020.
Durante la administración del presidente estadounidense Barack Obama, un proyecto de ley de energía limpia que incluía un programa de tope y canje se introdujo en el Congreso y finalmente fue aprobado por la Cámara de Representantes, pero ni siquiera llegó a votación en el Senado.
El estado de California introdujo su propio programa de tope y comercio en 2013. El programa se limitó inicialmente a menos de 400 empresas, incluidas plantas de energía, grandes plantas industriales y distribuidores de combustible. Su objetivo es que esas empresas reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en un 16% para 2020.